Regiones de La Araucanía y de Los Ríos, Chile ; provincias de Neuquén, Río Negro y Chubut, Argentina.
Lagos. Es lo que vamos a ver durante las próximas tres semanas. Recorrido binacional que nos deja amargos de un lado, sorprendidos del otro.
No habían tantos en otros lugares de América del Sur, pero en Chile y Argentina se encuentran incluso en pequeños pueblos: oficinas de información turística. Sin embargo parece que nunca aprendemos: dudar de todo lo que se dice allí. Sólo un ejemplo: en Melipeuco, al segundo día de nuestra entrada en Chile, me atrevería a molestar a la empleada de la oficina turística charlando con su amiga fuera a preguntar sobre el mejor camino a seguir para llegar a Villarrica. Su compañero dentro está más ocupado a tomar nuestros datos para sus estadísticas que responder a nuestras preguntas. Al final nos cuentan de una ruta diferente a la que pensaba (a lo largo del lago Colico), diciendo que la otra carretera esta totalmente asfaltada hasta Villarrica. ¿En serio? Tal vez podríamos tomar este camino para llegar más rápido. ¡Error! Nos encontramos en un camino que si tenía nuevo pavimento: por tres kilómetros. A partir de entonces, es un camino delgado (como una vía y media) montañoso y polvoroso donde el Chileno medio maneja como si estuviera solo en el mundo. Afortunadamente estamos en bicicleta y que nos podíamos cruzar pero honestamente, tendría miedo andar en carro en esta ruta!
Tal vez no era el momento adecuado para estar en la zona durante las vacaciones de verano de los Chilenos. Villarrica no es rica solo en su nombre. Aún peor en Pucón, a 25 km en el borde del mismo lago, donde la gente nos miraba desde arriba aún sentado, tomando su café a $ 5.
El camino entre las dos ciudades era el infierno: sin acotamiento y los carros pasaban zumbando sin respeto. Andar 10 km por esta carretera fue más agotador mentalmente que subir un paso de 2.000 metros. Nos paramos a un camping a saber cuanto sería para pasar la noche. La señora nos dice sin rechistar que cuesta el equivalente a 50 dólares. Y esto no incluye el desayuno servido en la tienda, seguro. Vamos a tratar de encontrar algo que tiene un poco más de sentido. Pero antes de irse, « encuentro » una flor bien visible y tomo una rama con un lado bien picante para hacerme una arma/señalización. Si no los importan a las personas que pasan por aquí de atropellar a ciclistas, no quieren rayar su coche, ¡eso no! De repente tenemos más espacio para movernos.
Hay tres factores que nos convencen para acortar nuestro segmento de ruta en Chile y volver más rápido de lo planeado a la Argentina: los conductores desagradables, la amargura de la gente que hemos encontrado y el pan y el café sin sabor. No entiendo lo que está pasando; más al norte los Chilenos eran muy amables, pero aquí la conexión no se hace. Argentina está al lado y nadie nos detiene en Chile. Algunos lagos de menos del lado chileno y un poco más del lado argentino y ya.
Antes de salir del país, tomamos el tiempo para cruzar el Parque Nacional Villarrica en un pequeño camino desde Pucón a Coñaripe. Si las propiedades alrededor del volcán Villarrica explotan las aguas termales con precios de entrada exorbitantes, las autoridades públicas conservan la parte superior del volcán y sus dos vecinos, los volcanes Lanin y Quetrupillán, interconectados, protegiendo una población de araucarias milenarios. La parte de la carretera en terrenos públicos está en un estado lamentable, pero nos da la alegría de estar en paz y disfrutar de una caminata extraordinaria a partir del paso hacia el glaciar Pichillancahue.
El descenso a Coñaripe nos lleva a las orillas del lago Calafquén, parte de una red de siete lagos (uno de ellos en Argentina) que desembocan en el río Valdivia. Encontramos a Eranko en Coñaripe un Chileno de Santiago muy simpático que vino a hacer un viaje en bicicleta de diez días en la región. Juntos, bordeamos los lagos Calafquén, Panguipulli y Pullinque hacia el lago Pirehueico, que se debe cruzar en barco para llegar al lago Lacar, del lado argentino. Nuestro gran viaje a Ushuaia en Tierra del Fuego lo hace soñar y sólo tiene una idea: abandonar su plan original y continuar dos o tres semanas más con nosotros en la aventura. ¡Y por qué no! Eranko nunca salió de Chile y para el entrar en Argentina ni siquiera necesita un pasaporte. Cultiva la idea durante un día entero, pero justo antes de subir al barco, se retrae: el papeleo que hacer antes de la practica que empieza en un mes, la novia, la plata… tal vez hay una razón más importante que las otras, pero juntas terminaron cambiándole de opinión. Irse así tiene su una cuota de sacrificios, aunque a muchos lo vean como una suerte increíble. La línea es a veces muy delgada de lo que inclina la balanza de un lado o del otro a una decisión. Eranko regresó a casa más temprano, aunque debe tener en mente la idea de un viaje más largo para otra ocasión: ¡hazlo!
En ese mismo barco encontramos a Rubén, otro Chileno con quien compartimos la carretera durante unos días. Durante la próxima semana voy a ver más cicloturistas que todos los que encontré antes. Además de muchos Argentinos y Chilenos apilando bolsas en su bicicleta de todos los días, hay turistas internacionales también que hacen viajes más cortos en la famosa ruta de los Siete Lagos. La zona es preciosa. Nos fue bien volver antes en Argentina, aunque Chile está tratando de alguna manera de promover y desarrollar su circuito Interlagos y que querría ir a ver de este lado antes. El daño esta ya hecho del lado chileno y no es una campaña de publicidad turística, asfalto nuevo o un una señalización brillante que cambiará algo: la tierra alrededor de los lagos son propiedades privadas. Del lado argentino, estamos en un parque nacional y se puede apreciar plenamente del medio ambiente.
Una vez completada la ruta de los siete lagos, ¡todavía otros lagos nos esperan! El inmenso Nahuel Huapi nos da la bienvenida cerca de la tranquila Villa La Angostura. Tenemos que ir alrededor del lago hacia el este para llegar a Bariloche bastante activa, dejando el bosque por la pampa patagónica tocando la orilla este del lago. Al sur de Bariloche, nos encontramos de nuevo en el bosque, un paisaje maravilloso y tranquilo que compartimos con Christian, un Argentino que salió de su pequeño pueblo en la provincia de Buenos Aires a andar por la Patagonia, a veces en sus pasos anteriores, sabiendo que recogió la región en bici hace 10 años. ¿Por qué hacer un segundo viaje a Ushuaia? Él respondió que las cosas cambian en diez años y que hay lugares que no había visitado. De hecho, no es el destino final lo que cuenta, pero el camino para llegar allí. Y eso es el problema feliz: hay que elegir el camino.
Que pena todo lo sucedido pero los que andamos en bicicleta tenemos que soportar la indurgencia de nuestros propios compatriotas , estimados amigos mucha suerte en su viaje y perdonen a los estúpidos de siempre .