Un amigo mío me describió una vez diciendo que si yo no estaba de viaje, estaba planeando mi próximo viaje. Tenía bastante razón, y esta vez fue aún peor: estaba viajando y estaba ya preparando el siguiente viaje.
Enero de 2011. Terminé una sesión de intercambio universitario en Barcelona. Es en este balcón de una habitación en Las Ramblas, que me subarrendó un amigo para un par de semanas entre el final de mi contrato de mi primero piso del otoño y otras aventuras europeas, que me decidí a regresar de viaje el año próximo. Mi boca ahora un poco más hábil en la lengua de Cervantes, no había ninguna más razón para no hacerlo. Antes de que sea demasiado tarde. Puede ser Cristóbal Colón también, al final de la calle, que me convenció…
Así que desplegó mapas y trazó una línea. No a lo largo de la costa oeste, pero en las montañas. ¿Por qué hacer simple cuando se puede hacer complicado? Tenía el deseo de seguir la línea de puntos titulado « Great Continental Divide », la línea entre las principales cuencas hidrográficas del Pacífico y del Atlántico. Quería ver las montañas, ir de paso a paso. A los que dicen que voy a subir demasiado cuestas, diré: « lo que sube tiene que bajar. »
Si es en Barcelona que tomé la decisión, la idea viene desde más antes. 2005. Con mi bueno amigo y compañero de ruta, ya era más de tres meses que estábamos atravesando Canadá en bicicleta, del este al oeste. El viaje se terminaba. Pasamos nuestros últimos pasos antes de llegar a la valle que nos llevará a Vancouver. Fue durante estos últimos kilómetros que nos hemos dicho, con tono de broma, que después cruzar el continente del este al oeste, hay que hacerlo del norte al sur un día. Había este delirio, y también lo de pasar el invierno en Vancouver y volver en kayak de los lagos a los ríos. El kayak nunca se materializó, la opción de 3 días para volver en autobús estaba bastante exótico después de 4 meses de bicicleta, y el proyecto de ir de nuevo sobre dos ruedas fue enterrado bajo un montón de cosas que hacer luego empezamos el proyecto a educarnos un poco más en Montreal.
6 años después, tengo la oportunidad de tomar tiempo, veo la posibilidad, aún si una vocecita me dice que es ahora o nunca. En cualquier caso, la jubilación se retrasará… de todos modos, si vamos a tener una pensión cuando se presentará nuestro turno.