El equipo de la Panadería La Unión en Tolhuin, Argentina, que están alojando a ciclistas al final del mundo desde muchos años ya.
Omar y su familia en Río Grande, Argentina, que con la recomendación de su hija en Québec, abrieron sus puertas a dos ciclistas cansados.
Los empleados de los Puestos Fijos en Argentina, quienes sin dudas ayudan los ciclistas de paseo, desde dar agua hacia ofrecer in techo y aún comida.
Jorge y Boris que mantienen dos maravillosas y ocupadas casas de ciclistas en la Carretera Austral en Chile.
Sebastian, que con la recomendación de Juan, abrió su casa quieta y su mundo en La Angostura, Argentina
Alicia y la familia en La Mina, Chile, para habernos ayudado y soportado mientras pasábamos a través de las consecuencias del accidente.
Flavio para haber sido disponible a ayudarme en Santiago, tanto para dejarme dormir horas y horas en su departamento después un segmento de ruta bien largo y para cuidar mis cosas mientras no estaba.
Lito, Gabriel y la familia en Quelón, Chile, quien primero me ofrecieron agua, para invitarme a una comida caliente y una cama solo después una pequeña conversación.
Antonio que me mando por correo mi navaja después que lo olvidé en su casa en Belén, Argentina.
Este Francés viajando por carro a fuera de Cachi, Argentina, que me dio sus gafas de sol mientras las mias se rompieron el día anterior, en una ruta de ripio con el viento (y el polvo) en la cara.
Esta pareja de Alemanes viajando en 4×4 en la Ruta Andina, en Chile, que hicieron de mi viaje en este parte bien aislado algo más fácil.
Christian y su devoción a mantener su casa de ciclistas en La Paz, Bolivia.
Estas familias cuidando restaurantes y gasolineras en Peru que me han dejado pasar noches quietas.
Este viejo, nostalgico de sus años de inmigración en Canadá, quien me alojó en Baeza, Ecuador.
Manuela y toda la familia que me cuidaron tanto en Medellín, Colombia, y que después me recomendaron a muchos de los hermanos y hermanas de la familia en mi camino por Pasto, San Francisco y La Hormiga.
Todas estas personas en Costa Rica que han hecho de mis dos semanas allá un sueño : Pablo, Walter y su familia, quien me han hecho pasar una tarde maravillosa en Pital; estas mujeres que me invitaron a desayunar i almuerzar; Marco y su terreno de futból en Siquirres; la familia de Rafael en Cartago y sus amigos en Heredia; Hugo para el tour del bosque nublado cerca del Cerro de la Muerte; Reina que se preocupó de mi conforte, acampando atrás su minisuper; y finalmente, Rodney, en San Vito, este ciclista que primero me invitó a su casa, pero que también después salvó mi bicicleta, encontrando un nuevo aro, invitando me otra vez a su casa i arreglando todo.
Los vecinos de la oficina del partido sandinista en Belén, Nicaragua, quien cuando me veían instalar mi carpa de campaña, me invitaron a su casa, compartiendo comida y hablando de este tienda de bicicleta que podía salvar mi rueda.
Paco Villa, en Potonico, El Salvador, quien con el acuerdo del sacerdote del pueblo, me ofreció comida y un hamaca para pasar la noche.
A todas estas personas en México que me alojaron así cuando nos hemos encontrado así por suerte : este guardo del parque de Guerrero, que abrió el local atrás los baños públicos; el juez de Encino la Paz que nos abrió lo que sirve de cárcel; Rámon en Posta Jihuites que nos alojó en su terreno; Felix en Corrales que nos abrió la sala comunitaria; Dolores en Canatlán que nos invitó a dormir en su tienda; a Ramón, encontrado primero en el norte canadiense, que me invitó a su casa en Celaya; a Concepción, quien sin hesitar me invitó a su casa.
Sam, en Hachita, Nuevo México, este « trail angle », que cuide los ciclistas y senderistas pasando por su pueblo casi despoblado.
A este persona desconocida que tiene Toasters House, que permite alojar las ciclistas y senderistas en Pie Town, Nuevo México.
Karen, en Santa Fe, para ofrecernos su casa para tantas días, para su felicidad y su juventud de corazón.
A Bob el veterano y su familia, que me han dado comida, la oportunidad de calentarme y mas comida por mas tarde en este dia frio.
Margie, en Hahns Peak, para invitarme a su ranch y para hacerme vivir una grande experiencia a la escuela de pueblo el día después.
Eric, in Butte, Montana, para inventar ese suporte para mi camera sobre mi nueva rack.
Chuck para su sitio en Banff.
Clayton, que nos han invitado rapidamente a su casa en Dease Lake.
Josie-Anne y Rovic en Whitehorse, que han abierto su motorhome para mi.
Lisa y Guillaume, donde podia vivir una semana maravillosa en Dawson City y quien me invitaron a Nicaragua meses después.
Claude en Whitehorse, que se ha tomado cuidado de mi cuando estaba en transito en Whitehorse durante mi camino hasta al norte.
Pablo, para la ayuda a traducir los textos en español.
Regina, para la música electrónica.
Rémi, para el logotipo.
Todas las personas encontradas en Warmshowers.org o Couchsurfing.org que me han invitado a su casa. No solamente me permitieron de descansar, pero también de aprender y apreciar la cultura local. Unos aún me recomendaron a amigos o familia a encontrar luego en la ruta. Gracias para todo. Con esperanza de poder alojar a viajeros así lo más pronto posible.
Todos estos cicloturistas con quien compartí la ruta. El intercambio de información, de trucos y aún de material da al viaje en bicicleta un espíritu de comunidad que no pensaba tan fuerte. Podemos darnos cuenta fácilmente como el mundo esta pequeño cuando pertenece a eso.
Los que han contribuido a hacer todos estos kilómetros : N. Royer, J. Laughrea, B. Mathé, D. Mallah, Beatrice, K. Streelasky, M. Côté, R. Théroux, M. Goyette, G. Pomerleau, M. Pomerleau, M.-E. Théroux, M. Bobinski, I. Vychemirski, L. Poulin, M. Aubé, J. Lacasse, L. Pettigrew, F. Landry, L. Royer, M. Sagué, V. Palmieri, Y. Cournoyer, M. Turgeon, N. Pomerleau, A. & E. Cosgrove, J. & N. Monismith, C. & P. Cross, M.-A. Plante, P. Fortin, F. Mercker, X. Hanitov, C. Normand, M. Gagnon, J. Lussier, T. Antil, M. Gauthier, N. Fortin, M. Théroux, C. Théroux. Contribuir.
Todo los que creen en mi proyectos locos.